El limón es una de las frutas mas ligadas a nuestra tierra y está presente en infinidad de platos y comidas habituales en nuestro día a día. En este post quiero hablaros de la importancia que tiene el limón en nuestra dieta, salud y, por supuesto, nuestro corazón.
Lo primero que hay que subrayar es que el 90% del peso del limón es agua, y es una de las frutas más acalóricas que tenemos. Además, se caracteriza por su bajo contenido en grasas e hidratos de carbono. El zumo de limón solo tiene aproximadamente 25 kilocalorías por cada 100 ml, por eso es tan adecuado en las dietas cardiosaludables.
Es muy rico en vitamina C, excelente antioxidante, esencial para la síntesis de proteínas como el colágeno y la elastina. Otra característica es que favorece la absorción intestinal del hierro, por eso aconsejamos a nuestros pacientes que tomen sus suplementos de hierro para la anemia con un zumo de limón. Otras acciones positivas del limón son: favorece la absorción de los ácidos grasos, fortalece los mecanismos defensivos e interviene en la síntesis de hormonas (esteroideas y catecolaminas).
De todas las frutas que nosotros consumimos, se trata de la fruta más ácida (pH 2.5), no tiene casi fibras en su composición, sin colesterol, y se caracteriza por un contenido alto en potasio y bajo en sodio. Además, hay que destacar su alto contenido en polifenoles, que tiene propiedades captadoras de radicales libres con el consiguiente efecto antioxidante asociado a prevención de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
Y aquí está su papel sobre el corazón, ya que estas propiedades anti-radicales libres y antioxidantes le confieren al limón una actividad antiinflamatoria (modifican síntesis de eicosanoides), previene la agregación plaquetaria, y protege a las lipoproteínas de baja densidad de la oxidación (prevención de la placa ateromatosa).
Por lo tanto, el limón debería ser un elemento habitual en nuestra dieta, por su riqueza en vitamina C, en ácido cítrico (disminuye la viscosidad sanguínea), por su bajo contenido en hidratos de carbono y mínimo en grasas y por su capacidad antioxidante que mejora el estrés oxidativo disminuyendo radicales libres esenciales en el proceso de la aterosclerosis que daña nuestros vasos sanguíneos y puede ser origen de enfermedades como el infarto de miocardio y el ictus.
Y la última pregunta sería: ¿Cómo y cuándo deberíamos tomar el limón? La mejor forma de tomar el limón es en forma de zumo diluido en agua (como mínimo al 50%), y preferentemente a primeras horas de la mañana.
REFERENCIA
Cómo cura el limón. Un gran aliado natural para el organismo. Francesc Fossas. Ed. Integral.
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